El comentario de un usuario me trajo de nuevo por aquí, años de no compartir nada por este medio, trataré de darle movimiento nuevamente.
Pasaron montones de cosas, pusimos un local donde pude recibir a lindas personas con las que compartí un poquito de lo que sé, eso fue lo mejor de mi experiencia en el mundo de las manualidades, era como recibir en casa a amigas con las que ponernos manos a la obra, fue genial e inolvidable.
Solo fueron unos meses que guardaré por siempre en mi memoria, Dios mediante podré volver a tener un espacio físico, propio, donde recibir a personas que como yo amen las manualidades.
Fue todo un proceso que requirió poner en práctica habilidades de organización y planificación que no pensé tener y que por supuesto de no tener el apoyo de mi familia (sobretodo de mi esposo e hija mayor) no hubiera podido lograr.
Realizar compras de materiales para las clases, diseñar el espacio del Taller, implementar talleres complementarios, todo un reto, y muchísima ilusión.
Debía crear publicidad para atraer clientes y gracias a Dios, poco a poco, pasito a pasito avanzamos y nos hicimos conocidos en la zona.
Llegaron personas lindas dispuestas a pasar un rato de creatividad y amistad, y personas que a ciegas confiaron en mi trabajo para complementar con mis creaciones sus eventos familiares.
Fue simplemente maravilloso, pero hay decisiones que se deben tomar en el tiempo justo, y eso hicimos, decidimos retornar a nuestro origen geográfico y volver a estar cerca a nuestra familia, por lo tanto cambiamos nuestro lugar de residencia y el Taller debió cerrar.
Finalizo ésta entrada a mi blog repitiendo lo que comenté en el primer párrafo, Dios mediante volveré a tener una experiencia como esta, hacia allá vamos. 
